“Mundo Braille”
LLÁMANOS:
Conóceme por mis habilidades, no por mis discapacidades
Instrucción en la lectura BRAILLE
Buen día, mi nombre es Andrea Gavilanes, Bienvenidos a un video nuevo.
Hoy en miremos con el corazón vamos hablar de los factores básicos a tener en cuenta en la instrucción lectora del sistema braille, pero antes conoces las bases del sistema braille, como se lee y escribe, si aún no lo sabes te invito a navegar en nuestro blog.
El sistema de lecto-escritura Braille empleado por personas con deficiencia o discapacidad visual esta diseñado para ser percibido mediante el tacto, sin embargo varios autores han realizado modificaciones del código debido a una serie de problemas que se presentan al momento de discriminar una letra al leerla con el tacto, esto muchas veces surge por que varias letras del alfabeto tienen una misma configuración, veamos un ejemplo: las letras f-d-j-h tienen la configuración (L), además que su orientación espacial es diferente al momento de leerlas y escribirlas, de esta manera la letra f se convierte en d al momento de leerla y la d en f; asi mismo se utilizan configuraciones diferentes entre una vocal y una vocal acentuada, los números y letras mayúsculas se identifican con un signo especial que se ubica antes del número o letra pues sin este seria muy fácil confundirlos con letras minúsculas del alfabeto braille, por otra parte, el tacto no funciona igual que el sentido de la vista y el braille a diferencia de la escritura en tinta no brinda al lector puntos de referencia sobre la disposición de la hoja, es decir, mediante la lectura visual se puede observar detalles, colores, y márgenes de la hoja para que la escritura no llegue hasta los bordes de la misma, sin embargo esto no es posible percibirlo mediante el tacto, estos problemas aumenta las dificultades de aprendizaje del braille y por esto es importante que los educadores sean consientes de tales dificultades para mejorar el sistema de instrucción lectora.
A la hora de iniciar su instrucción lectora los profesores debe saber que las capacidades intelectuales de los niños ciegos son funcionalmente equivalentes a la de los videntes y deberán tener en cuenta que cuando un niño va a iniciar su instrucción en la lecto-escritura Braille ha de tener un determinado nivel de desarrollo cognitivo y lingüístico que incluye habilidades metalingüísticas concretas, además es importante que haya adquirido la sensibilidad táctil y las destrezas manuales adecuadas. Pero también es importante que tenga interés o motivos para aprender a leer.
El nivel de desarrollo lingüístico que tenga un niño es muy importante en el aprendizaje de la lectura ya que esto le permitirá tener una mejor comprensión y rapidez al momento de leer el texto; las habilidades metalingüísticas, permitirán que puedan reflexionar sobre su propio lenguaje, de este modo se constituyen en un prerrequisito para aprender a leer facilitando el aprendizaje de la lecto escritura y remediar problemas lectores ya existente. En cuanto al tacto, la capacidad de discriminación perceptiva que el niño tenga, le permitirá identificar con mayor rapidez los caracteres escritos, es por esto necesario previo a la instrucción de lectura realizar con el niño ejercicios de discriminación táctil de formas de complejidad creciente, reconocimiento de figuras, reconocimiento de configuraciones de puntos entre otros. En consecuencia para disminuir las dificultades mencionadas anteriormente es importante entrenar las destrezas manuales, a través de ejercicios que impliquen el movimiento de dedos y manos, coordinación bimanual, de independencia sagital, movimiento de muñecas, búsqueda de símbolos distribuidos de izquierda a derecha a lo largo del texto con la finalidad de que el movimiento de las manos se dirijan por las líneas del texto y el cambio de líneas. Por último, señalar que para que una actividad resulte motivante para el niño tiene primero que ser relevante, y para ello conviene captar su atención con materiales atractivos, libros con diferentes texturas y sonidos. En definitiva, desde antes del inicio de la instrucción lectora propiamente dicha, tanto los padres como el profesor deberán hacer consciente al niño el propósito de la lectura y de su utilidad como instrumento de aprendizaje y comunicación.